El Diario de Mallorca publicó ayer domingo una interesante entrevista con el presidente de la Agrupación de Cadenas Hoteleras, Aurelio Vázquez.
La entrevista firmada por Mario Morales está transcrita a continuación:
"Aurelio Vázquez ve "ilógico" que una región como Balears destine sólo el 1% de su presupuesto a la promoción turística
Aurelio Vázquez, director general de Iberostar y presidente de la patronal de las cadenas hoteleras de Balears, reclama a los gobiernos estatal y autonómico que se impliquen en la crisis turística aumentando los presupuestos e incentivando la modernización de los hoteles para mantener la actividad económica.
-La temporada turística entra en la recta final y no está claro si hay o no crisis, ya que la ocupación hotelera parece estable pero los ingresos aparentan ser inferiores. ¿Cómo definiría la situación actual?
-Utilizar un término concreto, si es crisis o enfriamiento, no es lo más relevante, sino que lo que importa es analizar qué está sucediendo. Claramente, hay una caída en las ventas en ciertos mercados. En el español ha sido importante, en el británico hay también una ralentización y en el alemán, que era el más sólido, presenta síntomas similares.
-¿Puede prever cuál será el balance final de la actual temporada?
-En cada zona y empresa habrá una situación distinta, pero en líneas generales en Balears la ocupación será ligeramente inferior a la del año pasado. Lo más relevante es que se detendrá la tendencia que había empezado en 2005 de recuperación de la rentabilidad empresarial. Entre 2000 y 2005 bajó un 40 o un 50 por ciento. En 2005 comenzó a recuperarse, pero ahora sufriremos otro retroceso.
-¿Es pesimista para 2009?
-Todo hace presagiar que será sumamente difícil por la concatenación de varios factores económicos que han calado en la confianza del consumidor y que van a determinar que en 2009 tengamos que hacer esfuerzos importantes para afrontar la temporada.
-¿Difícil quiere decir peor?
-Va a ser determinante la evolución del precio del petróleo y que se genere un clima de confianza en los consumidores y vean claridad en sus economías domésticas. Si eso no es así, indudablemente habrá que hacer esfuerzos para que las ventas sean similares a las de 2008.
-¿Los tour operadores europeos también participan de esta preocupación?
-Tienen la misma percepción. El petróleo encarecerá los precios en general y los turísticos en particular, deteriorará la economía doméstica y, si no hay un clima de confianza con políticas económicas claras para enderezar los desequilibrios, posiblemente seguirá esta desconfianza, con su repercusión en el gasto turístico. El turismo no resulta ahora tan afectado como otros sectores, pero tarde o temprano sufrirá.
-¿La contratación de camas para 2009 deja entrever esta preocupación?
-En la contratación se tienen en cuenta estas variables, se actúa con prudencia y hay que hacerlo con celeridad, mejorando los esfuerzos en promoción, manteniendo los estándares de calidad y ofreciendo una imagen de destino acogedor y consolidado.
-¿Esta situación endeble acentuará la salida de capitales mallorquines al extranjero, sobre todo al Caribe?
-Las empresas isleñas ya tienen un carácter multinacional y contemplan su portfolio de inversión con una visión mundial. Deben buscar alternativas inversoras más rentables, y creo que está acreditado que todas las empresas mallorquinas que operan en el exterior tienen un compromiso totalmente blindado con su tierra y todas son un ejemplo de inversión en su comunidad. Tales son los casos de Iberostar, Sol Meliá, Riu, Barceló y otros muchos que, teniendo una parte importante de sus intereses fuera de Balears, conservan su planta hotelera actualizada y son un ejemplo de coherencia, lo que es admirable y tiene además un componente emocional.
-¿En qué se traduce la pérdida de rentabilidad de las empresas que comentaba? ¿Menos empleo? ¿Aplazamiento de obras de remodelación de hoteles?
-Las empresas necesitan tener rentabilidad para vivir, por lo que una que no es rentable tiene dificultades en sus decisiones de inversión, que son imprescindibles para mantener la competitividad de nuestro sector. Es el primer factor, y por parte del Gobierno y del Govern balear deberían darse estímulos para que las inversiones tendentes a remodelar la planta estuvieran incentivadas, porque es importantísimo mantener el criterio de actualización de la planta hotelera.
-¿Hay más factores a tener en cuenta?
-Sí, hay cada vez más planta hotelera cerrada en períodos crecientes. Es otro de los factores de preocupación. Hay unos activos que deben dar un rendimiento a la comunidad a la que pertenecemos y, si éste no existe, no generan riqueza. Los gobernantes deben crear los escenarios adecuados para que los empresarios inviertan y creen riqueza.
-¿El Govern balear también debe aportar su dosis de iniciativas?
-En estos momentos hay dos líneas de actuación. Por una parte, una que es cortoplacista y práctica: nos enfrentamos a un año difícil y hay que adoptar algunas medidas imprescindibles, por ejemplo aumentar sustancialmente el presupuesto de promoción para 2009, porque será complejo y no podemos seguir teniendo el mismo presupuesto que en años de bonanza. Los fondos para la promoción de Balears no llegan al uno por ciento del presupuesto total de una comunidad autónoma que vive del turismo de forma determinante. Ante una situación de dificultad, sería lógico que se duplicara el presupuesto para afrontar esta situación.
-Haría falta mejorar la financiación autonómica para atender estas reclamaciones suyas.
-Las principales instituciones están en manos del mismo partido que gobierna en Madrid, por lo que no hay excusas ante la insuficiente financiación porque de ello depende que dupliquemos el presupuesto de promoción. Un destino que vive del turismo no puede gastar el uno por ciento, porque ninguna empresa gasta menos del tres o cuatro por ciento en promoción. Ahora tenemos la oportunidad de estar mejor financiados y el Govern debe solucionarlo en esta legislatura. Las inversiones tienen que llegar a Balears.
-¿Cómo observan los empresarios la tensión política que hay en torno a la Administración turística en Mallorca?
-La conselleria de Turismo y el Consell viven una situación que genera incomodidad a los empresarios, porque las competencias turísticas deben estar transferidas al Consell y está provocando inconvenientes. Por ejemplo, la Fundación que promueve el Consell para la promoción debería solucionarse, y no estar con tiras y aflojas porque la promoción es un arma táctica, importante y debe estar en manos de profesionales y expertos.
-¿Propone relevar a los políticos del diseño de la promoción turística?
-El marketing es el elemento clave y debe estar en manos de profesionales independientes. En esos órganos, el hotelero debe tener la voz principal porque en la cadena de valor somos el elemento determinante. Debemos tener hegemonía al definir la política de promoción, porque estamos más en contacto con la misma y tenemos a profesionales de primer orden del marketing. Por tanto, sería ilógico que nos quedemos al margen o no tengamos una representación determinante.
-Ha citado iniciativas que debería adoptar la Administración ante la crisis. ¿Cuáles son las que competen a las empresas?
-Hay decisiones de más calado que tienen un componente estratégico. Somos una comunidad con una planta hotelera importante, pero tenemos en estos momentos una competencia a escala mundial. Tenemos que adecuar la planta hotelera al cliente del siglo XXI, cuando una parte importante se hizo para los requerimientos del cliente de los años 60. También están las actuaciones en las zonas turísticas porque algunas presentan síntomas de maduración, saturación o pérdida de competitividad.
-Visto lo sucedido con la Playa de Palma, que se ha demorado, todo indica que habría que ser pesimista respecto al impulso que se dé para reformar estas zonas.
-Es decepcionante observar que la Administración no se mueve en los mismos tiempos que las empresas. Un proyecto de envergadura requiere un tiempo de estudio, pero lo que sucede con la Playa de Palma excede con creces ese período. Llevamos un retraso importante y resulta desilusionante que un proyecto tan importante esté en esta situación. Teniendo presente además que ese modelo que va a ser dinamizador del cambio se debería aplicar en otras zonas de Balears, porque el trabajo debe comenzar en la Playa de Palma, pero luego hay que trasladarlo al resto de zonas. Si demoramos este plan, acumularemos un retraso importante.
-¿Observa una desidia parecida en otros ámbitos turísticos?
-Llevamos un retraso de actuaciones muy importante. Exagerando un poco, nos pasamos cuatro años con los que pusieron la ecotasa y otros cuatro con los que la quitaron y no hicimos mucho más. Se ha avanzado en infraestructuras. Las carreteras no eran acordes con lo que es un destino del siglo XXI. En promoción, en los últimos años, se hizo un buen trabajo, pero en ordenación turística se ha hecho muy poco en la última década. Es imprescindible dinamizar la gestión turística porque si no nos quedamos en el furgón de cola.
-¿Cree necesario un cambio en la legislación, por ejemplo, autorizando los condhoteles?
-El condhotel es una figura importantísima para abordar la reconversión de ciertos productos turísticos que tengan una singularidad. Encaja con el perfil de destino turístico para favorecer una planta hotelera que podemos reconvertir a estándares de superior calidad, manteniendo la explotación hotelera. Es necesario que esta figura se ponga en marcha sin más dilaciones.
-¿El cambio de uso de hoteles a viviendas también debería aprobarse?
-Es obvio que hay productos que han agotado su vida útil, y hay zonas con un componente urbano, con lo que atender los cambios de uso no parece que sea ilógico. Hay que respetar la legalidad laboral y urbanística, pero se debe buscar una salida para que no malvivan y mueran matando porque hacen mucho daño a las zonas. No hay que seguir escondiendo la cabeza y afrontar esta situación.
-Lo que sí se ha abordado es la legalización de las plazas ilegales, ¿Lo ve viable?
-Esperamos que salga adelante en los próximos meses. Es sólo una cuestión administrativa porque estas plazas están en el mercado y administrativamente se deben regularizar. Los fondos que se recauden por esta fórmula se deben emplear en la mejora de las zonas turísticas, y así se contagiará a las empresas y se creará un efecto dominó.